INSTITUTO POLITÉCNICO

CRISTO REY DE VALLADOLID



 


RECUERDOS DE FERNANDO MARTINEZ GONZÁLEZ - II

 

 

Semana Santa en Valladolid

 

Al llegar estas fechas, no podía faltar el recuerdo de nuestro acompañamiento a los pasos de la Semana Santa de Valladolid, en especial a la procesión del Domingo de Ramos, donde acompañábamos a La Borriquilla, vestidos de marineros.

Esa era la procesión donde solíamos ir algunos alumnos del colegio y las demás íbamos a verlas, sobre todo las Siete Palabras en la Plaza Mayor.

La que única que no veíamos era la del silencio, el Viernes Santo por la noche, salvo un año que a un grupo de los mayores, nos llevó el Padre Campos.

A varias de las procesiones si las acompañaba la banda de cornetas y tambores, unas de marineros y otras con el uniforme de Falange.

Yo intenté entrar en la banda, pero era un desastre con la trompeta y sólo aprendí algo a tocar el tambor, pero poco.

Siempre he recordado los impresionantes pasos de la Semana Santa de Valladolid y en todas mis visitas a la ciudad, he efectuado un recorrido por las diferentes iglesias donde residen los pasos, en especial Angustias y Vera Cruz.

Entre mis recuerdos está el haber visto expuestas en un comercio, al principio de la Acera de Recoletos y sobre el año 1949, las dos primeras figuras que se hicieron del paso de la Santa Cena, en madera virgen sin policromar.

Por curiosidad os cuento que teníamos tres vestimentas: de marineros, blanco y azul para los actos religiosos, el del Frente de Juventudes (Falange) para actos oficiales y campamentos, y uno de cazadora y pantalón corto, de pana negra, para las visitas de familiares y otros actos.



La hora del recreo

El tiempo que teníamos libre o de recreo, bien por la mañana o por la tarde, se dedicaba como es lógico a los juegos, principalmente al fútbol en el cual siempre recuerdo a un sacerdote, que recogida la sotana, jugaba con nosotros y si la memoria no me falla, pues han pasado más de 65 años, era el Padre Campos.

De los principales juegos, los más importantes eran:las carreras ciclistas con chapas de botellas en las que poníamos cromos recortados de ciclistas de la época y el recorrido se hacia en la arena marcando con tierra amontonada su perímetro o recorrido.

Otro juego de chapas era el fútbol, marcando el terreno de juego con yeso o hendiduras en la tierra y también poniendo en las chapas cromos de jugadores.

Otro entretenimiento, aunque no servia para nada, sólo por entretenernos, era poner las chapas en la vía del "tren burra", que nosotros lo conocíamos como "mataburras" y que pasaba por delante del colegio.

Un juego menos conocido y que tenía buena era el de los güitos o huesos de albérchigos y que dichos huesos los teníamos en varios árboles del colegio, enfrente del edificio en forma de L, que parece ser lo único que queda de aquella época.
El juego de güitos consistía en tener una caja de zapatos y en la tapa hacerle unos agujeros variando el tamaño. Desde un poco mayor del tamaño del hueso hasta el quinto que era bastante mayor, estos agujeros se numeraban desde el uno al tamaño más grande hasta 10 o 20 el tamaño más pequeño. Se marcaba
una raya para tirar y según los aciertos, el cajero o dueño de la caja, pagaba.

Los que quedaban fuera de la caja eran para el dueño de la caja.

Este juego lo presencié más tarde en Madrid, pero con dinero en monedas.

El dibujo lo dice todo, por cierto que es mio.

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Fernando Martínez González

Marzo de 2016

 

Las fiestas de la Virgen de San Lorenzo

En el mes de septiembre, Valladolid celebra su Fiesta Mayor en honor de la Virgen de San Lorenzo.

Puede que fuese en el año 1947, la Feria se instalaba en el Paseo de las Moreras,

Desde las Escuelas bajábamos a ver las atracciones y digo verlas porque nuestra economía no nos permitía montar en el "tÍo-vivo", güitoma, barcas y demás atracciones.

En una explanada enfrente de los Jardines de Poniente, solían instalar la carpa de un circo. Unas veces era el Price y otras el Americano.

Precisamente ese año 1947, el Frente de Juventudes organizó una función especial para niños, a la que fuimos invitados un grupo de Cristo Rey.
Había que ir uniformados con el pantalón gris, la camisa azul y la boina roja.
Marchamos en formación por la carretera de León, (ahora Avenida de Gijón), cruzamos el Pisuerga por el Puente Mayor y por todo el Paseo de las Moreras llegamos al circo.
Las gradas estaban repletas de boinas rojas. Después de varios números, salieron los payasos, que si la memoria no me falla eran Pompoff y Teddy.
Al salir Pompoff, giró la vista por todas las gradas y dijo a su compañero: "Teddy, vayámonos de aquí que nos hemos equivocado. Nos hemos metido en un "sembrao" de tomates". La carcajada fue uniforme.

El último número, estaba dedicado al famoso cantante de boleros, Antonio Machín. Después de cantar alguna canción de su repertorio y dirigiéndose a los asistentes, comentó:"Quiero dedicar esta canción, que es la más reciente de mi repertorio, a este grupo de angelitos que tanto me han aplaudido.
La canción es "Angelitos Negros".
No se puede narrar el éxito obtenido y creo que se publico en la prensa de Valladolid.
El circo, creo que era el Price o una sucursal, pues es el que tenía la exclusiva de Antonio Machín por esa época.


Gigantones y cabezudos
(1950)



Ferias en las Moreras

 


Real de la Feria en la Rubia
(1974)

Fernando Martínez González

Septiembre de 2016

 


Los melones

Paseando por una de las calles de mi barrio, contemplé un puesto de melones y al verlo me vino a la memoria otro recuerdo de mi estancia en Cristo Rey.

En las escuelas era corriente que cada cierto tiempo se fuera algún sacerdote y viniera otro u otros nuevos.
No recuerdo el año, podía ser 1946 o 1947, ingresó un Padre nuevo, tampoco puedo recordar su nombre. A este sacerdote, le enviaron desde su pueblo una camioneta de melones. El Padre ordenó que al día siguiente nos los pusieran de postre todos, sin escatimar en las rajas. Para dejar las cascaras, mandó poner unos cubos grandes de caucho negro que teníamos en el colegio y colocarlos entre las mesas en el comedor.

Terminada la comida y preparados en pie para salir, entro el Padre y se quedó con la boca abierta, exclamando "¡Dios mío, se han comido hasta las cascaras!".

En los cubos no quedaba nada más que los picos que son amargos y también los trozos de golpes, que también amargan.

Que razón tiene el refrán "Al buen hambre, no hay pan duro".


Un saludo, Fernando



Fernando Martínez González

Octubre de 2016

Día de Reyes

Salvo un año que fui a Madrid. El resto de las Navidades y Reyes lo pasé en las Escuelas.

Se cita en alguna publicación, el rico turrón, elaborado por la Sra. María, hecho con almendras de la cosecha del colegio. Sería antes de entrar yo en las Escuelas, pues el turrón que yo recuerdo, estaba hecho con cacahuetes. Estaba bueno, pero de almendras, nada.

Al segundo año de colegio, pase a ayudar a montar el Belén, que se ponía en lo que hasta 1947 fue capilla y luego sala de juego y lectura.

El día de Reyes, puestos de limpio, íbamos a recoger los regalos al Ayuntamiento, en la Plaza Mayor. Entrabamos por un lateral, la calle Manzana y subíamos al primer piso, donde nos daban nuestro regalo.
Generalmente era un parchís-oca o una pelota mediana, de goma.

En la Plaza Mayor, se montaba un mercadillo de trueque, cambiando el parchís por pelota con otros colegios o niños, (parchís había varios en el colegio y las pelotas eran lo que menos duraban. En cuanto chocaban con algún seto, se pinchaban y con el tiempo, perdían aire.

No lo pasábamos mal, pero echábamos de menos a nuestras familias.

Un saludo, Fernando



 

Fernando Martínez González

Enero de 2017


El coro de las Escuelas

Se menciona en el libro "75 años de servicio" y en otro libro sobre el Padre Cid."Arquitecto de sueños" y se trata del coro de las Escuelas.

Se cita al hermano Prieto como director, lo que sería anterior a mi estancia,
puesto que cuando yo pertenecí al coro, lo dirigía el profesor Juan Gil y Zamora.

Era de origen asturiano, aunque había pasado varios años en Argentina.

Por sus charlas, conocía yo tanto de Argentina: escudo, mapa, historia y la leyenda del célebre Martín Fierro.

Pero volviendo al tema del coro, este maestro nos enseñó canciones de su tierra, del norte de León y una de origen sefardí.

Creo que fue en el año 1948, cuando actuamos en Radio Valladolid de la cadena SER, que estaba en la calle Santiago, casi esquina a la Plaza Mayor.

Cantamos varias canciones, entre ellas la sefardí y una asturiana que decía así:

Baxaben dos alleranos,
los dos calzos con madreñes,
y en Santullano pidieron,
fabes, tocin y morcielles, en dixo mesón,
que tambaina yes tú como yo,
y yo como tú, y semos les dos.
Que tambaina seremus les dos.:

Les fabes estaban dures,
morcielles no había nenguna,
el tocin taba en el gochu,
válgame Dios que fartura, en dixo mesón,
que tambaina yes tú como yo,
y yo como yú y semos les dos.
Que tambainas seremus les dos.
Que... tambainas...seremus... les...dos.


La letra esta escrita en "bable" y puede que no sea muy correcta, puesto que está dentro de mi memoria desde hace 69 años y puede tener alguna falta.

Desde luego tuvimos bastante éxito.

Traducción:
- Alleranos = Del pueblo de Aller.
- Tambaina = Tontos o tontainas.
- Fartura = hartura o hartos del castellano antiguo fartura.

Un saludo, Fernando




Fernando Martínez González

Abril de 2017




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