Semana
Santa en Valladolid
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Al
llegar estas fechas, no podía faltar el recuerdo
de nuestro acompañamiento a los pasos de la Semana
Santa de Valladolid, en especial a la procesión del
Domingo de Ramos, donde acompañábamos a La
Borriquilla, vestidos de marineros.
Esa era la procesión donde solíamos ir algunos
alumnos del colegio y las demás íbamos a verlas,
sobre todo las Siete Palabras en la Plaza Mayor.
La que única que no veíamos era la del silencio,
el Viernes Santo por la noche, salvo un año que a
un grupo de los mayores, nos llevó el Padre Campos.
A varias de las procesiones si las acompañaba la
banda de cornetas y tambores, unas de marineros y otras
con el uniforme de Falange.
Yo intenté entrar en la banda, pero era un desastre
con la trompeta y sólo aprendí algo a tocar
el tambor, pero poco.
Siempre he recordado los impresionantes pasos de la Semana
Santa de Valladolid y en todas mis visitas a la ciudad,
he efectuado un recorrido por las diferentes iglesias donde
residen los pasos, en especial Angustias y Vera Cruz.
Entre mis recuerdos está el haber visto expuestas
en un comercio, al principio de la Acera de Recoletos y
sobre el año 1949, las dos primeras figuras que se
hicieron del paso de la Santa Cena, en madera virgen sin
policromar.
Por curiosidad os cuento que teníamos tres vestimentas:
de marineros, blanco y azul para los actos religiosos, el
del Frente de Juventudes (Falange) para actos oficiales
y campamentos, y uno de cazadora y pantalón corto,
de pana negra, para las visitas de familiares y otros actos. |
La
hora del recreo
El
tiempo que teníamos libre o de recreo, bien por la
mañana o por la tarde, se dedicaba como es lógico
a los juegos, principalmente al fútbol en el cual
siempre recuerdo a un sacerdote, que recogida la sotana,
jugaba con nosotros y si la memoria no me falla, pues han
pasado más de 65 años, era el Padre Campos.
De los principales juegos, los más importantes eran:las
carreras ciclistas con chapas de botellas en las que poníamos
cromos recortados de ciclistas de la época y el recorrido
se hacia en la arena marcando con tierra amontonada su perímetro
o recorrido.
Otro juego de chapas era el fútbol, marcando el terreno
de juego con yeso o hendiduras en la tierra y también
poniendo en las chapas cromos de jugadores.
Otro entretenimiento, aunque no servia para nada, sólo
por entretenernos, era poner las chapas en la vía
del "tren burra", que nosotros lo conocíamos
como "mataburras" y que pasaba por delante del
colegio.
Un juego menos conocido y que tenía buena era el
de los güitos o huesos de albérchigos y que
dichos huesos los teníamos en varios árboles
del colegio, enfrente del edificio en forma de L, que parece
ser lo único que queda de aquella época.
El juego de güitos consistía en tener una caja
de zapatos y en la tapa hacerle unos agujeros variando el
tamaño. Desde un poco mayor del tamaño del
hueso hasta el quinto que era bastante mayor, estos agujeros
se numeraban desde el uno al tamaño más grande
hasta 10 o 20 el tamaño más pequeño.
Se marcaba una
raya para tirar y según los aciertos, el cajero o
dueño de la caja, pagaba.
Los que quedaban fuera de la caja eran para el dueño
de la caja.
Este juego lo presencié más tarde en Madrid,
pero con dinero en monedas.
El dibujo lo dice todo, por cierto que es mio.
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Fernando
Martínez González
Marzo de 2016
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Las
fiestas de la Virgen de San Lorenzo
En
el mes de septiembre, Valladolid celebra su Fiesta Mayor
en honor de la Virgen de San Lorenzo.
Puede que fuese en el año 1947, la Feria se instalaba
en el Paseo de las Moreras,
Desde las Escuelas bajábamos a ver las atracciones
y digo verlas porque nuestra economía no nos permitía
montar en el "tÍo-vivo", güitoma,
barcas y demás atracciones.
En una explanada enfrente de los Jardines de Poniente,
solían instalar la carpa de un circo. Unas veces
era el Price y otras el Americano.
Precisamente ese año 1947, el Frente de Juventudes
organizó una función especial para niños,
a la que fuimos invitados un grupo de Cristo Rey.
Había que ir uniformados con el pantalón
gris, la camisa azul y la boina roja.
Marchamos en formación por la carretera de León,
(ahora Avenida de Gijón), cruzamos el Pisuerga
por el Puente Mayor y por todo el Paseo de las Moreras
llegamos al circo.
Las gradas estaban repletas de boinas rojas. Después
de varios números, salieron los payasos, que si
la memoria no me falla eran Pompoff y Teddy.
Al salir Pompoff, giró la vista por todas las gradas
y dijo a su compañero: "Teddy, vayámonos
de aquí que nos hemos equivocado. Nos hemos metido
en un "sembrao" de tomates". La carcajada
fue uniforme.
El último número, estaba dedicado al famoso
cantante de boleros, Antonio Machín. Después
de cantar alguna canción de su repertorio y dirigiéndose
a los asistentes, comentó:"Quiero dedicar
esta canción, que es la más reciente de
mi repertorio, a este grupo de angelitos que tanto me
han aplaudido.
La canción es "Angelitos Negros".
No se puede narrar el éxito obtenido y creo que
se publico en la prensa de Valladolid.
El circo, creo que era el Price o una sucursal, pues es
el que tenía la exclusiva de Antonio Machín
por esa época.
Gigantones y cabezudos
(1950)
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Ferias en las Moreras
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Real de la Feria en la Rubia
(1974) |
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Fernando
Martínez González
Septiembre de 2016
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Los
melones
Paseando
por una de las calles de mi barrio, contemplé un
puesto de melones y al verlo me vino a la memoria otro
recuerdo de mi estancia en Cristo Rey.
En las escuelas era corriente que cada cierto tiempo se
fuera algún sacerdote y viniera otro u otros nuevos.
No recuerdo el año, podía ser 1946 o 1947,
ingresó un Padre nuevo, tampoco puedo recordar
su nombre. A este sacerdote, le enviaron desde su pueblo
una camioneta de melones. El Padre ordenó que al
día siguiente nos los pusieran de postre todos,
sin escatimar en las rajas. Para dejar las cascaras, mandó
poner unos cubos grandes de caucho negro que teníamos
en el colegio y colocarlos entre las mesas en el comedor.
Terminada la comida y preparados en pie para salir, entro
el Padre y se quedó con la boca abierta, exclamando
"¡Dios mío, se han comido hasta las
cascaras!".
En los cubos no quedaba nada más que los picos
que son amargos y también los trozos de golpes,
que también amargan.
Que razón tiene el refrán "Al buen
hambre, no hay pan duro".
Un saludo, Fernando
Fernando
Martínez González
Octubre de 2016
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Día
de Reyes
Salvo
un año que fui a Madrid. El resto de las Navidades
y Reyes lo pasé en las Escuelas.
Se cita en alguna publicación, el rico turrón,
elaborado por la Sra. María, hecho con almendras
de la cosecha del colegio. Sería antes de entrar
yo en las Escuelas, pues el turrón que yo recuerdo,
estaba hecho con cacahuetes. Estaba bueno, pero de almendras,
nada.
Al segundo año de colegio, pase a ayudar a montar
el Belén, que se ponía en lo que hasta 1947
fue capilla y luego sala de juego y lectura.
El día de Reyes, puestos de limpio, íbamos
a recoger los regalos al Ayuntamiento, en la Plaza Mayor.
Entrabamos por un lateral, la calle Manzana y subíamos
al primer piso, donde nos daban nuestro regalo.
Generalmente era un parchís-oca o una pelota mediana,
de goma.
En la Plaza Mayor, se montaba un mercadillo de trueque,
cambiando el parchís por pelota con otros colegios
o niños, (parchís había varios en
el colegio y las pelotas eran lo que menos duraban. En
cuanto chocaban con algún seto, se pinchaban y
con el tiempo, perdían aire.
No lo pasábamos mal, pero echábamos de menos
a nuestras familias.
Un saludo, Fernando
Fernando
Martínez González
Enero de 2017
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El
coro de las Escuelas
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Se
menciona en el libro "75 años de servicio"
y en otro libro sobre el Padre Cid."Arquitecto
de sueños" y se trata del coro de
las Escuelas.
Se cita al hermano Prieto como director, lo que
sería anterior a mi estancia, puesto
que cuando yo pertenecí al coro, lo dirigía
el profesor Juan Gil y Zamora.
Era de origen asturiano, aunque había pasado
varios años en Argentina.
Por sus charlas, conocía yo tanto de Argentina:
escudo, mapa, historia y la leyenda del célebre
Martín Fierro.
Pero volviendo al tema del coro, este maestro
nos enseñó canciones de su tierra,
del norte de León y una de origen sefardí.
Creo que fue en el año 1948, cuando actuamos
en Radio Valladolid de la cadena SER, que estaba
en la calle Santiago, casi esquina a la Plaza
Mayor.
Cantamos varias canciones, entre ellas la sefardí
y una asturiana que decía así:
Baxaben
dos alleranos,
los dos calzos con madreñes,
y en Santullano pidieron,
fabes, tocin y morcielles, en dixo mesón,
que tambaina yes tú como yo,
y yo como tú, y semos les dos.
Que tambaina seremus les dos.:
Les
fabes estaban dures,
morcielles no había nenguna,
el tocin taba en el gochu,
válgame Dios que fartura, en dixo
mesón,
que tambaina yes tú como yo,
y yo como yú y semos les dos.
Que tambainas seremus les dos.
Que... tambainas...seremus... les...dos.
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La letra esta escrita en "bable" y puede
que no sea muy correcta, puesto que está
dentro de mi memoria desde hace 69 años
y puede tener alguna falta.
Desde luego tuvimos bastante éxito.
Traducción:
- Alleranos = Del pueblo de Aller.
- Tambaina = Tontos o tontainas.
- Fartura = hartura o hartos del castellano antiguo
fartura.
Un saludo, Fernando
Fernando
Martínez González
Abril de 2017
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