Como no recordar el dinero de aquella época.
La verdad es que eramos pocos los que teníamos algunas "pelas".
Cuando teníamos algunas perras o pesetas, su destino era sin duda el cine o
la pequeña tienda de la señora Tadea, situada en la carretera de León, hoy Avenida de Gijón, a la altura del colegio y enfrente de La Maruquesa.
Productos de compra: bocadillos de tocino, melones, chufas, regaliz para hacer
como ya conté, una especie de coca-cola doméstica, las famosas aun hoy en día
pipas de girasol, "Chochos" (altramuces) y pastillas de leche de burra.
A principio de primavera, algunos comprábamos gusanos de seda. Los guardábamos debajo de la cama en una caja de zapatos con agujeros en la tapa
y los alimentábamos con hojas de morera, bien con la del colegio o cogidas en el
Paseo de las Moreras. Esto duraba poco pues enseguida se hacían los capullos
y entonces se los llevábamos otra vez a la señora Tadea, que nos los cambiaba por otras cosas o tebeos atrasados.
Pero pasemos al dinero: lo más normal eran las monedas de 5 y 10 céntimos,
que eran de aluminio y en una cara figuraba el escudo de España y en la otra,
un jinete sobre un caballo y con una lanza. Esta figura estaba basada en unas monedas ibéricas y romanas halladas en Huesca (Osca) y que en la actualidad
figura en el escudo de esta ciudad. Se solían llamar perra chica y perra gorda,
al igual que las antiguas de cobre.
Otra moneda corriente era la de 25 céntimos, a la que se llamaba un real y
tenia un agujero en medio. Esta era de níquel, acuñada en Viena en 1937 y
tenia en el anverso España y las cinco flechas y en el reverso, el escudo de
España sin el águila.
De las pesetas, circulaban las de papel y la de metal, 1944, que tenia en el
anverso un uno, rodeado de los escudos de Castilla, León, Navarra, Aragón,
Granada y las cinco flechas. En el reverso, el escudo de España con el águila.
A esta moneda se le llamó "rubia" por su color de cobre y en el argot callejero
también se le llamó "pela", "leandra" y "cuca".
En el año 1946 se puso en circulación la primera de una peseta con la cara de
Franco, diseñado el busto por Mariano Benlliure en el anverso y en el reverso,
el escudo de España con águila.
Las de 5 pesetas, se puso en circulación a partir de 1949 y su metal era cupro-
níquel. A esta moneda se le llamó "un duro", tomado de las antiguas de plata.
Se solía utilizar en las compras, algunas veces los reales: 25 ctmos. un real,
50 ctmos. dos reales, una peseta, cuatro reales y 100 pesetas, 400 reales.
No duró mucho tiempo.
Una cosa curiosa: un día recibí una carta de mi abuela materna y en ella me mandaba una peseta de papel cosida al texto de la carta, para que no se
perdiese. Así me la entregaron y me hizo una gran ilusión. Ni que decir tiene que acabó en la tienda de la señora Matea.
Aparte de estas cosas y como curiosidad, me imagino que conoceréis la
famosa moneda de 100 pesetas de plata, acuñada en los años 1966, 1967, 1968 y 1969. Lo curioso de esta moneda, una de las más falsificadas, es que
la cara de Franco, la diseñó Juan de ávalos, escultor de las figuras del Valle de
los Caídos. Este escultor fue republicano y del Partido Socialista. Al final de la guerra, fue encarcelado y al poco consiguió la libertad, pero con la prohibición
de pertenecer a cualquier Academia Artística ni ocupar cargo de profesor en
ningún centro o universidad.
Se presentó al concurso de bocetos para el Valle de los Caídos y ese fue el
elegido por Franco. Rehabilitado por Franco, realizó además de las figuras de
la Cruz del Valle y el busto de la moneda citada, el monumento a Carrero
Blanco en Santoña, Monumento a Juan Pablo II en La Catedral de Madrid,
el ángel de la Paz en Valdepeñas, (Destruido por el GRAPO), el monumento a
Joaquín Rodrigo en Aranjuez y el famoso mausoleo de los Amantes de Teruel,
en esta ciudad.
Por ahora, no os aburro más y se lo dedico a los aficionados a la numismática y a los que no conocieron estas monedas.
Fernando
Martínez González
Enero de 2019
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